Juicio Perassi – Día 2

Primer testigo: el padre de los hijos de Paula

 

Este lunes por la mañana comenzó la etapa de declaración de testigos en el marco del juicio por la desaparición de Paula Perassi y el primero en hacerlo fue Rodolfo Ortiz de Elguea, padre de los dos hijos de la mujer, que actualmente tienen 10 y 14 años, respectivamente.

El hombre fue interrogado por la Fiscalía y también por los abogados de los acusados. Durante su declaración realizó un recorrido por los dos últimos días en que vio a Paula y contó que se encontraban viviendo bajo el mismo techo pero que ya no tenían un vínculo sentimental y dormían en camas separadas desde hacía alrededor de un año.

Cruzado de brazos, vistiendo un jean y buzo con capucha, de temple tranquilo, el hombre de 44 años, que había conocido a Paula cuando ambos trabajan en un comercio, expresó en un primer momento sobre cómo era la madre de sus hijos.

“La vida de Paula era normal, ella era ama de casa, no trabajaba, lleva a los chicos al colegio, estaba todo el día en casa. Paula dejó de trabajar al tiempo que nació Lucas, en 2004.  Paula estaba todo el tiempo en la computadora y más allá de los chicos o alguna actividad no hacía otra cosa. La relación con los chicos era buena, era cariñosa, los acompañaba porque jugaban al fútbol en un club”, recordó Ortiz de Elguea.

Sobre la última vez que vio a Paula, Rodolfo manifestó: “fue el domingo 18, me fui a ver el partido de Newell’s a Rosario con Lucas y Paula quedó en la casa en San Lorenzo.  El partido fue al mediodía, salí a la mañana con Lucas. Cuando terminó la llamé y le dije que íbamos para allá. Ella me llamó cuando estábamos en la autopista para ver por dónde estaba, le dije que en camino y me volvió a llamar una o dos veces más preguntando cuanto tardaba porque necesitaba el auto”.

Rodolfo agregó: “llegamos a casa, me pidió el auto, me dijo que tenía que ir a buscar unas recetas a Puerto San Martín. Me quedé con Lucas en casa y luego fuimos a la plaza. Ella regresó sola, tarde. Se hizo la tarde noche, cenamos tipo 9 y media. Yo primero bañé a los chicos, hice la comida, después de cenar me dijo que tenía que ir a buscar la tarea a la casa de la mamá de uno de los compañeritos de Lucas. Después de cenar fue la última vez que la ví”, detalló.

Rodolfo describió cómo salió Paula de su casa: “tenía un jean, unas zapatillas Adidas, una remera y un buzo estilo con sierre, un polar. No llevaba nada, solo una especie de bolsito chico. Lo que hice fue acostarme con los chicos, era domingo, ellos tenían que ir a la escuela y yo tenía que ir a trabajar, así que nos acostamos”.

Rodolfo, recordó el momento en que notó que Paula no había regresado: “yo siempre me levanto a la madrugada para tomar agua, vivíamos en una casa en la planta alta que era bastante iluminada con ventanales y vi todas las persianas levantadas y la casa iluminada, me llamó la atención porque siempre las bajábamos, fui hasta el cuarto donde dormía Paula con Lucas, estaba la cama tendida y la llamé por teléfono y no contestó, empezó a preocuparme, pasaban las horas y el teléfono estaba apagado, llamé al sanatorio a ver si había habido algún accidente, llamé a la comisaría y me dijeron que no. A las 8 llamé a María Fernanda, su hermana, para ver si tenía alguna noticia, ella vino para casa, le conté que me había dicho que iba a buscar la tarea de Lucas, me preguntó el nombre de la mamá y le dije y ella fue a la casa a ver si sabía algo y la mamá le dijo que hacía tiempo que no la veía. Nos preocupamos, le dije que había que avisarle al padre y ahí fuimos a la comisaría”.

Uno de los momentos más fuertes de la declaración del ex concubino de Paula, fue cuando se le pidió que leyera una carta que él mismo encontró en uno de los cajones de su vivienda luego de la desaparición de Paula. Estaba dirigida a una persona que cumplía años y de quien Paula decía estar enamorada. La fecha de la carta es el día de cumpleaños de Gabriel Strumia, el principal acusado, indicado como amante de Paula.

 

En la letra de Paula: “desde que te conozco mi mundo cambió”

 

Durante la audiencia de este lunes, mientras declaraba el concubino de Paula Perassi, la fiscalía pidió que el mismo lea una carta que él encontró en su vivienda, luego de la desaparición de la mujer.

En puño y letra, la joven madre había redactado ese texto el 16 de agosto de 2011, justamente el día del cumpleaños de Gabriel Strumia, quien luego de su desaparición se conoció que era su amante. La misma, fue escrita exactamente un mes y dos días previo a su desaparición.

Mientras Rodolfo leía la carta, el amante y principal acusado, abrazaba a su mujer constantemente. Cabe destacar que ella, Roxana Michl, también está en el banquillo de los acusados.

 

 Transcripción de la carta:

“Mi amor que bueno es tener que escribirte algo, de saber que ya existes, no de la manera que quisiera, pero lamentablemente nos conocimos tarde. Igual siento una felicidad inmensa de saber que estás y que he podido compartir con vos muchas cosas hermosas. Desearte que este día estés muy bien al lado de todas las personas que te quieren. Yo quisiera estar con vos, pero lamentablemente no se puede. Creeme que vos te mereces lo mejor en este día y en todos los días. Nunca quiero que nos llegue un adiós entre los dos. No me imagino no tenerte en mi vida en ningún sentido. Hoy por hoy le doy gracias a Dios por haberme llevado hasta ti, por permitirme conocerte, por contarme en tu vida y en la mía. Creeme que siempre caminaré a tu lado, hasta que me lo permitas, a mi modo, pero lo haré, para así poder cuidarte.

Sabes, en mi vida, nunca antes he escrito una carta. Hoy siento las ganas y el deseo de hacerlo con vos, porque llegaste a mi vida y ya marcaste diferencia, pero hoy tengo una necesidad inmensa de sacar de alguna forma lo que pasa por mi cuerpo y corazón. En estos momentos no he podido darle nombre aún, pero se que siento algo muy grande y especial por ti. Me sacaste muchas sonrisas, más de un te quiero, y te lo vuelvo a decir en esta carta. Desde que te conozco mi mundo cambió, para mi no es igual. Tus ojos de niño inocente, dentro de ese cuerpo de hombre, simplemente me fascinan, haz hipnotizado mi ser y tus manos han vuelto a traer a mi ese sentimiento lindo. Te regalo todo lo que tengo,  mientras pueda estaré sin pedirte nada a cambio, solo porque me sigas tratando con cariño  lindo con qu eme tratas. Eres una personita que por el poco tiempo que tenemos, he podido conocer, admirar, pero por sobre todo he podido querer. Hoy eres un sueño, que quiero que me dure muchísimo tiempo, un sueño del que no quiero despertar, porque el día que abra los ojos y vea que se terminó este sueño, simplemente no querré levantarme. No quiero imaginarme un futuro a tu lado, no quiero salirme de la realidad, solo quiero disfrutar de lo que cada día hay, solo me queda decirte gracias, gracias por estar en mi vida, por darme tantas cosas bonitas, por dejarme entrar y luchar, por cada día de tocar fondo y rozar tu corazón para ir metiéndome poco a poco en él y no salir nunca más.

Feliz cumpleaños y que este sea muy especial para vos. Te amo. Yo”.

 

Crucial testimonio de Alberto Perassi

 

En la continuidad del juicio por la desaparición de Paula Perassi, la audiencia de hoy contó con el testimonio de Alberto, el padre de la joven.

Ingresó a la sala de audiencias del Centro de Justicia Penal de Rosario y miró a todos los acusados a los ojos, uno a uno. Con 70 años de edad, Alberto Perassi, el vecino de San Lorenzo que hace más de 50 años trabaja como mecánico de autos, vive hoy un día crucial en su vida y en su lucha por saber qué pasó con su hija.

En su declaración, ante las preguntas de la Fiscalía, comenzó recordando que Paula, la segunda de sus tres hijas “vivía con Ortíz de Elguea, con quien tuvo dos hijos: Lucas y Agustín”, y resaltó: “era una chica a la que desde chiquita le inculcamos lo mejor de nuestra familia. Convivía siempre con nosotros más allá de que estábamos en diferentes casas. Teníamos una convivencia de todos los días porque llevaba a los chicos a la escuela y venía a casa, más allá de llamadas telefónicas constantes con la flota telefónica de la familia”, detalló.

Alberto definió a su hija como “una chica normal, ama de casa, que adoraba mucho a sus hijos”.

Luego ahondó en la relación de su hija con su pareja, Rodolfo Ortíz de Elguea. “Él era una persona que estaba siempre con los chicos cuando nos juntábamos, siempre vi una buena relación, más allá que a lo último no era así, pero yo y mi mujer no nos dimos cuenta de lo que pasó, porque ella seguía igual, no notamos nada antes de lo que pasó. No habrá sido la mejor, se habrá peleado, habrá tenido desencuentros de una familia, nada más”, reflexionó.

 

Perassi sobre Strumia

Más adelante en su testimonio, Alberto Perassi se refirió a uno de los acusados: Gabriel Strumia, señalado como el amante de Paula.

“Iniciamos una convivencia muy especial cuando yo competía con los jeeps y el compró uno y se hizo de la familia de estos vehículos. Encontramos una amistad en ese deporte. Yo le hacía el motor a su jeep y lo consideraba un amigo a pesar de que es más joven que yo. Él me consideraba como el segundo padre, me lo decía continuamente”, recordó.

“La amistad se fue prolongando, íbamos juntos a las carreras, hasta fuimos de vacaciones con otros amigos juntos. Nos reuníamos los domingos para ir al camping a jugar con los jeeps”, aseguró y agregó: “nos invitó su cumpleaños de 40 y fuimos, teníamos una mesa familiar para nosotros, tal es así que esa foto que nace en esta denuncia se ve a Paula y hay una mano, arriba, que es la mano de Strumia. Esa fue la foto que él me alcanzó el día que pasó lo de Paula”, aseguró.

Alberto luego brindó detalles del día en que desapareció su hija y cuáles fueron los primeros pasos que siguió, que también se vinculan a Strumia.

“El día 19 de septiembre, en la incertidumbre de lo que había pasado, Rodolfo dijo que Paula salió a buscar la tarea de los chicos a la casa de una mujer llamada Elsa, amiga del Gaby Strumia. Entonces fui a dónde él estaba, como iba tantas veces en la semana. Entré a su predio y cuando vio mi camioneta, se sorprendió y lo dejó parado al cliente que estaba atendiendo y se viene hacia mi ¿Qué te pasa?, me dijo. En su oficina le comenté: ‘Gaby, vengo a preguntarte donde vive Elsa, porque anoche Paula salió a su casa y no volvió”. Entonces él hizo una expresión ‘uuuuyyy’. Caminó unos metros y volvió y me sorprendió. Me dije, ¡que amigo que tengo, cómo le cayó de mal que Paula no haya vuelto a la casa! Se ofreció a acompañarme pero le dije que no. Fui a Puerto San Martín a buscar a esta persona y me dijo: “no acá Paula no estuvo’”, detalló Alberto en su declaración.

Después siguió narrando: “cuando llego a mi casa lo encuentro a Strumia abrazado con mi mujer en la puerta del taller, llorando. Ahí se decide delante de él hacer la denuncia, hay que buscar una foto, ‘yo te la traigo’ dijo. Era esa foto que tiene la mano arriba de él. Con Rodolfo nos fuimos a la comisaría y llega él antes de que entremos y nos da la foto. Y me dijo ‘andá y búscalo a Daniel Puyol, es mi amigo, te va a dar una mano acá adentro’. Le agradecí y se fue. Recorrí toda la Unidad Regional XVII buscando al señor Puyol y él no estaba. Llegué a la oficina de Cuerpos donde él era jefe y no estaba. Hice la denuncia y cuando salimos le digo a Rodolfo ‘nos atendieron rápido, suerte, será porque el Gaby nos nombró a Puyol y él debe estar trabajando en esto’ ¡Qué inocencia la mía!”, ironizó Perassi.

En su relato, el padre de Paula recordó luego que “el día 20, a las 8 de la mañana, suena el teléfono y era Strumia, llorando me dice, ‘vos sabes que yo recibí anoche a las tres y media de la mañana un mensaje de Paula que dice que está llegando a San Juan, ahora estoy bien, por favor no digas nada. Después vino al taller y me muestra el mensaje, tuve que agarrar el teléfono para leerlo porque le temblaba la mano”. También rememoró que “al tercer día tenían la lista de las llamadas telefónica en donde surge que a Paula la llaman de una cabina pública de 3 de Febrero y Dorrego. La policía fue a hacer un control a ese lugar, pero ahí había unas cámaras a las que no se sacó el disquete, fue sacado recién a los 11 días cuando ya estaba pisado”, detalló.

Luego Perassi recordó que advirtió que “el señor Godoy me dio información de que la llamaron 40 y pico de veces a Paula y que eran llamadas de Strumia. Al tercer día empecé a ver cosas raras, ¿por qué había tantos llamados?, ¿qué pasaba?”.

“Dentro de la semana pasaron muchas cosas, entre ellos fui a hablar con Strumia, porque tenía mi tráiler en su predio y fui a buscarlo con una consigna para mí mismo: no tenía que salirme de mis cavales. Entonces le digo Gaby ‘decime que pasó con Paula’,  y él me dice ‘yo no tengo nada que ver’. Le digo ‘ustedes son lo suficientemente grandes, decime que pasó’ y él me repitió ‘yo no tengo nada que ver’. Cuando me subo a la camioneta me dijo: ‘yo sabía que iba a pasar esto ¿Cómo sabías si me terminás de decir que no sabés nada? Como ya venía una reacción que no quería tener, me subí a la camioneta y me fui. Le dije ‘tenés mi celular, decime qué pasó’”, agregó Perassi en su declaración.

Más adelante, Alberto expresó: “Paula está desaparecida y todavía no sabemos por qué, qué pasó. El problema está adentro de lo policial, porque ahí adentro Strumia estaba preso y lo largaron y a mí el señor Farias – un empleado policial que estaba en ese momento- me dijo ‘a este tipo lo largan pero sabe mucho más que lo que dijo’”, destacó.

Alberto se refirió después a las presiones, amenazas y atentados que sufrió en los primeros tiempos tras la desaparición de Paula. “Desde el 18 de septiembre en adelante pasaron muchas cosas. Para todo eso yo era un viejo loco y mi hija era una puta. Un día me entraron a robar en mi casa y me robaron el equipo que tenía para hacer la publicidad en la calle en las marchas. Se llevaron eso nomás”.

También recordó que “los primeros días cayó una persona en un vehículo a saludarme por lo que estaba viviendo. Me dijo: ‘si usted me da la orden, nosotros en un ratito lo hacemos declarar. No hermano, yo no soy de esa gente”, le respondí. ‘Nosotros lo llevamos al río, dos zambullidas, sale y canta todo. Siguió hablando conmigo, le repetí que no, se fue y nunca más vi a esa persona y nunca más vi a ese auto. A mi querían pararme, había alguien de ellos que quería que yo pare”, expresó.

“Me pusieron la custodia personal y el chaleco porque atacaron mi casa. Fue cuando los metieron presos a los 8, ahí arranca eso”, recordó y sobre Strumina agregó: “para mí él se puso como cualquier amigo que van con la noticia de que pasó eso con un hijo. Lo encontré llorando con mi mujer y ahí pensé: qué amigo que tengo. Era el amigo que yo tenía, hasta ahí era lógico, después se puso ilógico. Después de eso se cortó la comunicación”.

Durante su testimonial, con la voz entrecortada, Alberto dijo: “llevo 7 años y 6 meses luchando por esta causa y tengo un dolor encima que no lo puedo soportar más, y en la Justicia de San Lorenzo también se hicieron los tontos. Porque el juex Filocco dijo que iba a cerrar la causa y esa fue mi desesperación cuando me encadené por primera vez en San Lorenzo. Estoy en una situación bastante difícil, pero quiero que esto llegue a su final. Tiene que haber un culpable, porque no puede quedar así. En los primeros momentos siempre era una puta y yo un viejo loco. Si bien le acepto que mi hija haya sido una puta nadie tiene el derecho de hacerla desaparecer o matarla. El señor Filocco dijo que era una puta que se había calentado y que ya iba  a volver. Y le informo a Filocco que todavía no volvió”, concluyó.

Esto es parte de la primera etapa de declaración de Alberto Perassi, ya que siguió declarando durante largas horas en la jornada de este lunes, desde pasadas las 13 hasta las 18.30 horas. En ese momento, el Tribunal decidió cortar la audiencia, luego de que Alberto fuera entrevistado por el Dr. Sirio, abogado defensor de Strumia y su esposa. La audiencia continúa con las declaraciones de Alberto, en respuesta a las preguntas que hagan los abogados defensores, el martes, desde las 8:30 de la mañana.

 

Flavia Campeis