Croce: “Alfabetizar es un proceso liberador y en estos tiempos enseñar a entender lo que se lee lo es aún más”

“La existencia, en tanto humana, no puede ser muda, silenciosa, ni tampoco nutrirse de falsas palabras sino de palabras verdaderas con las cuales las personas transforman el mundo. Existir, humanamente, es “pronunciar” el mundo, es transformarlo.” Paulo Freire.

Desde 1967, el Día Internacional de la Alfabetización se celebra cada año en todo el mundo para recordar al público la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y de derechos humanos, así como para lograr avances en la agenda con miras a una sociedad más justa. A pesar de los avances, se registran aún hoy 773 millones de jóvenes y adultos que no poseen las competencias básicas de lectoescritura en todo el mundo.

Para recalcar la importancia de la alfabetización en nuestras comunidades, hablamos con Alberto Croce, Secretario Nacional de la Campaña Argentina por el Derecho a la Educación y recientemente invitado como asesor del Ministerio de Educación de la Nación.  

Croce, sostuvo: “Es un día especial, declarado por la Unesco para hacernos tomar conciencia y tener presente esa cuestión. A 11 días, además, de que se cumplan 100 años del nacimiento de Paulo Freire que es un gran icono de la alfabetización y sobretodo lo maravilloso del acto de enseñar a leer y escribir es muy importante seguir pensando en estos temas desde nuestros contextos”.

Y agregó: “A veces no nos damos cuenta de lo importante de contar con la herramienta de la lectoescritura, incluso ya no nos acordamos quizás cuándo aprendimos y quien nos enseñó. A veces no nos damos cuenta de las problemáticas que enfrentan las personas que no aprendieron a hacerlo”.

En nuestro país, se estima, según los censos, que un 99% se encuentra alfabetizado, pero dice Croce: “Si tenemos en cuenta la cantidad de personas que somos, ese 1% es una gran cantidad de gente”. Y expresó: “La diferencia entre los que podemos leer y escribir y quienes no pueden es un abismo. Hay que agradecer, en primer lugar, poder hacerlo y también seguir enseñando a otros y otras a hacerlo”.

En los tiempos que corren, sostiene Alberto, hay un aspecto que no se puede dejar de lado que es el “Analfabetismo digital”: “Es algo nuevo a lo que también tenemos que enfrentarnos. Alfabetizar es enseñar a leer, pero en el aspecto digital también es enseñar a entender que se esta queriendo decir. Ese es el problema que tenemos que saldar para que no se confundan los mensajes y seamos conscientes realmente de lo que leemos en los diarios, por ejemplo”. Y dijo: “Es necesario enseñar a distinguir lo que es una información verídica de lo que no. En el plano digital cambian los contextos”.

Siguiendo la lógica Freireana, dice Croce, “por lo general quienes alfabetizan son personas conscientes de los contextos en donde lo hacen y sobretodo comprometidas con transformar y aportar a la construcción de saberes liberadores”. En ese sentido, desde Poriajhú, tres educadoras populares comparten sus experiencias en la tarea de alfabetización.

“La negra” Allione, nos comenta: “Participé 15 años en el grupo de apoyo escolar. Me sumé como una mamá más, con deseos de ayudar. Fue una experiencia muy emotiva porque acompañé a niños y niñas muy pequeñas. Intenté llegar a ellos para que pudieran aprender desde el juego a leer y escribir. Fue una experiencia muy positiva porque ellos me enseñaron a mí. Aprendí gracias a ellos a ser paciente”.

Por su parte, Yanina Martin, nos dice: “Como educadora popular y docente creo que el desafío más grande de la alfabetización en este presente, pero lo más hermoso, es el encuentro con el otro, donde esos dos mundos se acercan para aprender juntos, para mirar al otro y mirarse a sí mismo”.

Nora, agrega: “Comencé a caminar Poriajhú y el Taller de Apoyo Escolar era un hervidero de infancias, como siempre. En cada encuentro venían de a miles, hablaban al mismo tiempo, sacaban de la galera dibujos,  risas, algún que otro conflicto y muchas pero muchas tareas, que implicaban leer y escribir, pero no como una operación mecánica, sino comprendiendo.

Uno de los momentos más lindos vividos esas tardes en la Casita era cuando un niño, una niña, miraban fascinados su cuadernito con una oración recién escrita, que pintaba su barrio, sus amigos, a su mamá, a sí mism@… Creo que juntos intuíamos que la llave para comenzar a entender, desarmar, soñar y hacer estaba ahí, entre esos renglones y con esas letras imprentas mayúsculas. Porque alfabetizar es enseñar a leer y a escribir la vida“.

Concluyendo, Croce expresa: “Paulo Freire nos brindó un legado que intentamos seguir, entendiendo que la alfabetización es enseñar a leer desde la lectura de la propia vida, el propio entorno, la realidad que nos rodea. Las organizaciones sociales entendieron que ese es el camino y tenemos que seguir transitandolo, siempre junto a los otros, unificando las distintas estrategias, desde la realidad y la historia de cada persona“.

Adhiriendo las palabras del entrevistado, sostenemos que “la vida no es una hoja de ruta lineal. Cada persona tiene el derecho de construir esa ruta de la manera que pueda y en el tiempo que le sea posible. Siempre es un buen momento para emprender el camino de la alfabetización. Siempre va a haber un educador popular con ganas de enseñar”.

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