Juicio Perassi – Día 11

Un testigo negó lo anteriormente declarado

 

Vázquez, el yerno de Ruñisky insistió en no recordar haber declarado ciertos puntos claves.

En la décimo primera jornada de juicio por la desaparición de Paula Perassi, el primer testigo de este martes, fue el esperado Nicolás Vázquez.

El testigo era clave, dado que en 2014 declaró que su suegra, Mirta Ruñisky le habría hecho un aborto a una mujer en el que la misma murió y que sospechaba que podría tratarse de Paula Perassi. Al sentarse frente al Tribunal, negó la mayoría de sus declaraciones, que figuran por escrito en declaraciones ante la Justicia. Incluso hasta insinuó que Alberto Perassi y la policía de Asuntos Internos aportaron datos a su declaración, que él no había dicho.

Vázquez vive en Buenos Aires, tiene una relación de 14 años con la hija de Ruñisky, y un hijo en común. Durante un periodo de tiempo estuvieron separados, pero actualmente volvieron a ser pareja.

“Roberto Bonetto (un colega taxista) y Ricardo Lugo (ex yerno de Ruñisky) me comentan que hay un caso de desaparición de una chica a la que estaban buscando, que había fallecido en un aborto y que la responsable o autora del hecho habría sido Mirta Ruñisky. Pero son comentarios de terceros, a mi no me consta que haya sido así”, comenzó declarando Vázquez, quien dijo haber hablado con ambos hombres cuando vivía en Puerto General San Martín y trabajaba como remisero en Timbúes.

En una declaración, realizada en 2014, textualmente figura que Vázquez dijo: “me encontraba en Buenos Aires viviendo con mi mujer Mirta Liliana Roggensack, la llama la madre, Mirta Ruñisky,  y le dice que era muy probable que se volviera a vivir a Misiones, porque había hecho un aborto y le había salido mal, que estaban investigando y que tenía miedo de caer presa de nuevo”. En cambio ahora, en su testimonio durante el juicio, Vázquez insistió luego de leer esa declaración que: “me lo cuenta en ese momento mi mujer, mediante una llamada telefónica pero yo no recuerdo haberlo dicho. Está mi firma, pero vuelvo a pedir disculpas, hay cosas que no recuerdo”.

Sobre sus declaraciones previas, al ser interrogado por los abogados de la querella, notando contradicciones o situaciones que no recordaba, Vázquez dijo: “hay cosas en las que estoy en desacuerdo (referido a la propia declaración), estaba medicado, en un poso depresivo muy grande, hago mi mayor esfuerzo para esclarecer las cosas y poner lo mejor de mí, pero hay cosas que no estoy de acuerdo que se hayan dicho”.

 

El retruque de la defensa

A la hora de realizar preguntas, la defensa de Mirta Ruñisky hizo hincapié en intentar demostrar que datos de la declaración de 2014 no habían sido aportados por el testigo.

Fue así que el abogado Luis Rossini le preguntó si en su declaración el 29 de septiembre de 2014 estaba presente al momento de su declaración Alberto Perassi y él contestó que sí. A su vez, el abogado le preguntó si “hay cosas escritas en su declaración que usted no recuerda haber dicho”, cosa que Vázquez también afirmó y cuando Rossini le preguntó si creía que “el señor Perassi participó aportando datos a esa declaración”, Vázquez volvió a declarar que sí.

En ese momento, hicieron mención a que Perassi le había hecho un arreglo al auto de Vázquez y que no le había cobrado. Cosa que el padre de Paula también declaró cuando fue su momento de dar testimonio y contó que fue porque Vázquez no tenía dinero y como un favor por haberse solidarizado y declarado en la causa.

 

 Careo

Luego de declarar lo que le había dicho Bonetto, Vázquez tuvo un careo con el taxista en el Juzgado de San Lorenzo y recordó: “estando presentes dos personas me hicieron preguntas respecto a si me había contado o no. Al encontrar negativa del señor Roberto Bonetto tomé la decisión de grabarlo, argumentándole que diga la verdad. Yo tenía la tenencia provisoria de mi hijo y no estaba dispuesto a perderla, tenía que volverme a Buenos Aires”. Vázquez dijo que al salir del careo: “lo grabé y me volví hacia las dos personas que me habían tomado declaración y entregué la tarjeta de memoria y me dijeron quédate tranquilo que en el careo nos dimos cuenta quién mentía y quién no”.

 

 Abortos

Sobre otra declaración de Vázquez donde habló de un aborto realizado a su esposa por parte de su hermana (otra hija de Ruñisky) y de Mirta a ambas hijas, Vázquez dijo: “yo declaré que Daiana había hecho un aborto a Melina, que inclusive se mencionaba una pastilla y que yo había dicho que Daiana le había realizado un aborto a Melina y en otro que Mirta le había hecho un aborto a Daiana y a Melina, no recuerdo que se me hayan leído mi declaración, por mi nerviosismo” y enfatizó: “niego haberlo dicho, haber declarado eso” y añadió: “Yo no me tomé el tiempo de leer en Asuntos Internos mi declaración, entiendo que la firmé pero no recuerdo haber dicho que mi cuñada le hizo un aborto a mi mujer, no me consta, no es así”.

Al finalizar la declaración, cuando el testigo se levantó y salió del recinto, Mirta Ruñisky, por primera vez, lloró.

 

“Fue un día que nos marcó mucho a todos”

 

Este martes declaró en el juicio por la desaparición de Paula Perassi, Nicolás Strumia, el hijo mayor del matrimonio de Gabriel Strumia y Roxana Michl, dos de los principales acusados en la causa.

Bajo la mirada entre orgullosa y emocionada de su madre y la mirada siempre parca pero con cariño de su padre, el joven fue interrogado por los abogados de ambos, y contó cómo fue la tarde del día 18 de septiembre de 2011 para su familia: “estuvimos trabajando al costado de la pileta haciendo un cerco, buscábamos los postes atrás, yo manejaba la chata que estaba enganchada con el tráiler, cargábamos todo junto a papi, cargábamos las lajas juntos y la levábamos hasta el costado de la pileta y así varias veces fuimos trayendo todo. Hicimos los cimientos, pero no terminamos ese día”.

Esa declaración del hijo del matrimonio acusado fue reforzada por los abogados defensores de sus padres, que solicitaron se muestre una filmación de las cámaras de la vivienda. Allí se pasaron imágenes donde se veía a Nicolás, junto a su papá, trabajando, en la franja horaria desde las 18.49 a las 20.52 del día que desapareció Paula. Se trataban de fotogramas extraídos de las cámaras, con la hora inscripta en los mismos.

Sobre esas imágenes, Nicolás manifestó: “hicimos toda la tarde el cerco de la pileta y, como se ve en el video, mi papá fue a tomar mate con mi mamá en una mesa atrás de la pileta. Nos bañamos todos y nos fuimos a comer junto a la familia Piedrabuena al bar Guanabara, en la costanera de San Lorenzo”.

Sobre las cámaras de seguridad  de su casa, Nicolás contó: “mi casa tiene una serie de cámaras, hay una que enfoca a la calle lateral, una para cada galpón (hay tres galpones), una para el frente de la casa y una para el patio. La del patio comprende el patio, la pileta y un poco para el terreno de atrás”, relató el chico que hoy tiene 23 años y en aquel entonces tenía 15. Además aclaró que esas cámaras graban y ese material queda almacenado en el disco rígido de la computadora por seis meses.

Según él: “guardamos la grabación del 18 de septiembre de 2011, la de las cámaras de la pileta” y cuando se lo consultó por qué guardaron esas imágenes dijo: “las guardamos porque nos pareció importante, porque fue un día que nos marcó a todos. Lo habían metido preso a papi y fue un día que nos marcó mucho. Nos pareció importante guardarlas antes de que se pise, porque nosotros estuvimos ahí trabajando toda la tarde”.

Según Nicolás, esa grabación lo hizo personal de la alarma y dijo que fue “dentro de los seis meses, porque sino se hubiera borrado” y que  “se lo entregué como prueba a nuestro abogado Fernando Sirio o Adriana Bongiorno en ese momento”.

Sobre la pregunta de los abogados de la querella, sobre por qué motivos no entregaron las cámaras que muestran el acceso a la vivienda y solo las de la pileta, el joven dijo: “hay seis cámaras en la casa, mostramos solo esa porque muestra que estuvimos en ese lugar haciendo un cerco. No ofrecimos las cámaras del frente porque nos pareció importantes las del patio”.

 

Llamadas

Sobre los entrecruzamientos telefónicos que fueron mencionándose en las jornadas de juicio, ante la aparición de decenas de llamadas por parte de la vivienda de Strumia a su propio celular en el horario que desapareció Paula, Nicolás contó que “el 18 de septiembre me intenté comunicar con él (su padre) porque había perdido el teléfono, papi es muy desordenado, siempre deja el celular por todos lados, no encontrábamos el teléfono lo llamé con el mío, y con el fijo de mi casa mi mamá se intentó comunicar llamándolo varias veces. Casi siempre él perdía el celular”.

Además, el joven contó que “el 18 de septiembre de 2011 recibí una llamada perdida de ella (Paula), se la intento devolver por mi teléfono y lo único que recibe es un mensaje que yo me quería comunicar con ella porque no tenía abono, ella me devuelve la llamada diciendo que me llamaba por el tema de una propaganda del galpón de mi papá en la pared de la cancha de fútbol del hijo de ella. Por la tarde, una vez que le cuento a papi, le devuelvo la llamada con el teléfono fijo, porque el mío casi siempre seguro que no tenía abono. El celular de mi papá no lo encontrábamos y no tenía otro de donde llamar que sea el fijo”. Así el chico recordó que “con el fijo la llamé a la tardecita, 6, 6 y cuarto. Papi me dijo que le diga que llevaban la plata al padre al otro día, a Alberto”.

 

En la garita

Sobre la denuncia del propio Nicolás Strumia, donde manifestó haber visto a Paula Perassi en una garita de colectivos al tiempo de su desaparición, el joven dijo delante del Tribunal: “declaré que el día que me estaba dirigiendo a la escuela a buscar una nota de una evaluación final, en frente de Matievich hay una parada, Ruta 11 y Córdoba, la vi en la esquina, declaré que yo la vi parada, me acuerdo bien que era Paula Perassi” y luego dijo: “me pareció verla. No estaba bien seguro, porque ella estaba muy cambiada”, aseguró remarcando que iba a buscar una “nota de una evaluación” y no una libreta de calificaciones como había trascendido de aquella denuncia, cosa que fue derribada por la directora del establecimiento que aclaró que en esos días no se entregaban libretas.

“Iba después de las 6 y 20 a buscar una nota fuera del horario de escuela porque el profesor que me daba la evaluación final de esa prueba la daba esa noche, en el primer turno, nos hacía ir antes de entrar a cursar”, aseguró Nicolás.

 

“Es un video que no se puede reconocer su autenticidad”

Tras la declaración del hijo del matrimonio acusado, el abogado de la familia Perassi, Adrián Ruiz, contó en diálogo con SÍNTESIS que el video que fue expuesto “aparece después del año 2016 y no se puede reconocer su autenticidad, llama la atención que ese video aparezca varios años después, cuando Strumia ya se encontraba detenido, es decir ¿por qué no lo presentaron desde el primer momento?”, dijo el abogado y añadió: “llama muchísimo la atención que ese video que se regrababa cada seis meses según el propio hijo del imputado, también diga que lo grabó cuando su padre se encontraba detenido, que la primera vez que queda detenido fue un año después y además se ve que en ese video no se puede distinguir nada”.

Por último el abogado consideró que “si bien los hijos no pueden declarar contra sus padres, no significa que podemos estar encontrándonos con un falso testimonio. Nos llamó la atención que dijo que ese video se lo había entregado a Sirio, cuando el fue su abogado desde 2014, 2015, o sea varios años después de que se grabó”.

 

En el bar

Según Nicolás Strumia, el día de la desaparición de Paula, su familia estuvo toda la tarde en la casa trabajando en el patio, luego se bañaron y fueron a comer con el matrimonio Piedrabuena al bar Guanabara de San Lorenzo.

Fue por eso que declaró también este martes Emilio Piedrabuena, amigo del matrimonio acusado, quien dijo que “el domingo 18 de septiembre de 2011 salimos a cenar, fuimos a Guanabara. No recuerdo el horario, siempre era entre 10 y las 11 de la noche”.

Ante esta declaración, el abogado de la querella consultó a Piedrabuena sobre si ese día había trabajado entre las 19 y las 22.09 en Terminal 6, dato aportado por una empleada de esa planta audiencias atrás, cosa que el testigo admitió no recordar.

También declaró Gabriela Andrea Borzatta, dueña por aquel entonces del bar Guanabara, quien aseguró que Strumia era cliente del lugar y que ese día le emitieron una factura por 140 pesos. Sobre esta factura, los abogados de Perassi advirtieron que estaba impresa el 1 de enero de 2010 y que para el 18 de septiembre de 2011 llevaba el número 60 la factura a nombre de Strumia, dato que les pareció extraño por tan pocas facturaciones en un bar tan concurrido, en más de un año.

Este martes la declaración de testigos se extendió por más de ocho horas. El miércoles habrá un receso y el jueves continúan la declaración de los testigos presentados por el abogado Fernando Sirio, defensor de Strumia y Michl. Se espera que el juicio termine a fines de abril.

 

Flavia Campeis