Juicio Perassi – Día 12

Otro testigo que negó todo

En la décimo segunda jornada de juicio, declararon testigos aportados tanto por la defensa del matrimonio Strumia y Michl, como por la defensa de la supuesta abortera, Mirta Ruñisky.

Entre los testigos más importantes, fue el momento de Ricardo Lugo, un hombre de 31 años, oriundo de Timbúes, quien tiene una hija en común con una de las hijas de Mirta Ruñisky.

Este testigo era clave a la hora de aportar claridad sobre los dichos de Vázquez, otro yerno de Ruñisky, ya que en la jornada número 11 del juicio había declarado que “Roberto Bonetto (un colega taxista) y Ricardo Lugo me comentan que hay un caso de desaparición de una chica que la estaban buscando, que había fallecido en un aborto y que era responsable o autora del hecho habría sido Mirta Ruñisky. Pero son comentarios de terceros, a mi no me consta que haya sido así”, manifestó Vázquez, quien dijo haber hablado con ambos hombres, cuando vivía en Puerto Gral. San Martín y trabajaba como remisero en Timbúes.

Sin embargo, como viene sucediendo con varios testigos, Lugo negó todo y dijo “sobre esta causa no conozco nada, me entero por los medios”.

Este hombre fue cliente de la abogada Rita Porteiro, y ella fue quien le informó a Alberto Perassi, los dichos de él, sobre su suegra y la posibilidad de que sea quien le hizo un aborto a Paula. Sien embargo, Lugo negó también esto y dijo que nunca habló sobre esta causa con la abogada sanlorencina y que ella solo lo representó en una situación que tuvo con su ex esposa e hija.

Sobre su vínculo con Ruñisky, Lugo aseguró que “la relación con mi suegra era mala, el conflicto se traspolaba de mi ex mujer a ella” y respecto a Vázquez dijo que “él creía que Mirta metía cizaña en eso (su relación de pareja) y ahí me entero que él denunció esas cosas. Me dijo que tenía la manera de destruir a Mirta y me invitó a que lo acompañara en su venganza, yo me negué y me dijo que ya me iba a enterar lo que iba a hacer”.

 

Declaró que tomaba pastillas de cinco mil pesos por un dolor de rodilla

 

Declaró Dádamo, esposo de la mujer señalada como presunta autora del aborto que habría terminado con la vida de Paula Perassi.

Otro de los testigos aportados por la defensa de los acusados, que declaró en la jornada de este jueves en el Centro de Justicia Penal de Rosario, fue el camionero José María Dádamo, esposo de Mirta Ruñisky, la vecina de Timbúes a quien se acusa de haber practicado el aborto que habría causado la muerte de la joven desaparecida.

La estrategia de los defensores giró en torno a justificar la presencia de pastillas marca “Oxaprost” que fueron halladas en un allanamiento efectuado en el domicilio del matrimonio y que se utilizan usualmente durante la práctica de abortos.

Dádamo declaró que a ese fármaco lo utilizaba él para calmar dolores en una de sus rodillas.

“Sufrí un ACV en 2004, tengo arritmia, problemas en las rodillas y gastritis”, aseguró el testigo quien agregó: “para las piernas tomo Diclofenac y Oxaprost”.

Además de las pastillas, durante el mismo allanamiento, los investigadores encontraron jeringas y agujas. Sobre estos elementos, Dádamo dijo que también él los utiliza para inyectarse Decadrón en caso de ser picado por abejas, a cuyo veneno es alérgico.

“Esa inyección me la pongo yo solo porque Mirta no se anima ni a apretarme la panza ni a ponérmela porque tiene miedo”, para demostrar que su esposa teme a las agujas.

Consultado por el defensor, el testigo hizo referencia a las penurias que debe enfrentarse desde que su esposa está detenida, especialmente porque tienen hijos discapacitados.

Dádamo  declaró que “como a todos, no me alcanza el sueldo, por las cosas de los chicos y las cosas que hay que llevarle a Mirta a la cárcel” y agregó: “mi vida es un desastre, con todo esto me agregué el doble de trabajo, pido siempre más trabajo por la situación económica. Es un desastre la familia, al faltar Mirta para atender a los chicos, se descompaginó todo”, aseguró.

 

Titubeos ante la pregunta de la querella

Ante las preguntas realizadas por los abogados de la familia Perassi a Dádamo sobre si en 2014 él consumía Oxaprost, el testigo contestó que sí. Inmediatamente se le consultó si sabía que consumir pastillas vencidas podía ser perjudicial para la salud, a lo que también respondió afirmativamente. Fue entonces cuando le mostraron que las pastillas encontradas tenían vencimiento en 2012.

También le preguntaron si conocía la existencia de la misma medicación pero de marcas más económicas que Oxaprost, y el hombre manifestó que no y que tampoco sabía cuánto costaban esas pastillas, (que en el mercado tienen un costo de 5 mil pesos) También, aclaró que ya no las toma, sino que consume analgésicos tradicionales.

 

Flavia Campeis