Juicio Perassi – Día 4

El mozo del bar aseguró haber visto a Paula con Strumia y Díaz la tarde del día de su desaparición

 

En la cuarta jornada de juicio por la desaparición de Paula Perassi, comenzó declarando un testigo ofrecido por la Fiscalía y la Querella, José María Zanoni, un joven de 23 años, que tenía 16 cuando era mozo del Viejo Bar de TImbúes, donde Paula se habría reunido la tarde de su desaparición con Gabriel Strumia (su amante) y Darío Antonio Díaz (chofer de camiones del empresario).

El joven, de aspecto humilde y con voz parsimoniosa, recordó que trabaja desde los 8 años y que en 2011 tenía 16 cuando se desempeñaba como mozo en el único bar del pueblo en el que vive.

Zanoni recordó que “el domingo armé algunas mesas afuera. Llegó una persona femenina y me pidió una mesa afuera para tres personas. Esa chica estaba vestida con un pantalón largo azul, tenía una cartera cruzada, tenía unos treinta y pico de años. Era flaca, más alta que yo, un tamaño normal de persona. Se sentó afuera a la izquierda. Pidió una mesa para tres. A los 10 minutos llegaron dos personas masculinas y quedaron ahí. A las 6 llegó ella y 6.10 llegaron los otros. Yo sé el horario porque 6 y media siempre llega un señor que me pide un cortado en jarrita”.

El testigo indicó sobre los hombres: “uno era alto, tenía bigotes y el pelo recogido para atrás y el otro era morocho, gordito y habrá medido 1.60 mts. Al morocho lo conozco del pueblo. Es vecino mío, vive a la vuelta de mi casa, vive por Sargento Cabral y yo vivo por Maipú. Esa persona es Díaz, mi vecino” y recordó que “siendo menor de edad me hicieron hacer un careo con el señor Díaz. Yo tenía miedo que me pase algo entonces le dije que no era él. Después de eso volví a declarar en la causa y ahí si dije que era él, pero antes no lo dije porque tenía miedo que me pase algo” y remarcó: “estoy seguro que era Díaz quien estaba en el Viejo Bar”.

Además, cuando se le consultó sobre si reconoció al señor Strumia en la rueda de reconocimiento de personas el joven, con voz sumamente tímida y pacífica contestó: “cuando lo fui a reconocer tenía el pelo más corto y no tenía bigotes” y aseguró que así y todo, la persona que reconoció en la rueda y en el bar era la misma: Strumia.

Sobre la mujer que estuvo en el bar, Zanoni dijo: “no la ví nunca más. Después vi una imagen, María José me la llevó al bar, la policía que estaba investigando (por Galtelli, una de las acusadas). Me la llevó preguntando si la había visto. La policía al otro día fue a mi casa, me pidió todos mis datos, me mostró la foto de la chica y me preguntó con quién había estado. En mi casa ella me comentó el caso y me dijo que era Paula Perassi. Después se empezó a ver la imagen por todos lados de la chica desaparecida y era la que estaba en el bar ese día”.

El testigo aseguró que fueron esas tres personas las que atendió aquel día, que se quedaron entre 45 minutos y una hora, uno de los hombres pagó y se fueron.

Sobre otra de las acusadas, la mujer de Timbúes, Mirta Ruñisky, el joven dijo que la conoce, porque había trabajado con su hija y según él “los comentarios del pueblo decían que hacía abortos ilegales”.

 

Los perros hallaron rastros de Paula en tres lugares

 

Entre los testigos que declararon en la mañana de este jueves, se encuentran los oficiales de policía que trabajaron con el perro que buscaron rastros de Paula Perassi, tras su desaparición.

Tanto Analía Giménez, la superior de servicios del área de caballería y perros cuando Paula desapareció y el guía canino, el inspector de policía Carlos Dávola, coincidieron en relatar que el perro llamado “Hueso” identificó rastros de Paula en tres lugares a donde los investigadores los llevaron.

El can, de raza Blood Hound, estaba especializado en la búsqueda de personas vivas, rastro por rastro, ya que busca el caminar de una persona. Según Dávola: “nosotros en el perro confiamos cien por ciento”.

Durante la audiencia se pasaron videos donde se veía parte de los procedimientos realizados con el perro el 6 y 10 de diciembre de 2011. Los dos testigos explicaron que tomaron una prenda en la vivienda de Paula, que fue otorgada por su marido y luego con esa vestimenta instruyeron al perro para que busque a la mujer. Fue así que los testigos confirmaron que “Hueso” identificó rastros en una garita de colectivo ubicada en Ruta 11, también en el Viejo Bar de Timbúes y en la vivienda y vehículo de Darío Antonio Díaz, en la misma localidad en Sargento Cabral al 500.

 

Pastillas abortivas en la casa de Ruñisky

Durante una nueva larga jornada de declaraciones en el marco del juicio por la desaparición de Paula Perassi, también declaró la testigo Mariana Olivieri, actual jefa de investigaciones de las Tropas de Operaciones Especiales de Rosario, quien tiene 21 años en la policía y en el año 2011, al momento de desaparecer Paula, prestaba servicios en el área de Asuntos Internos.

La mujer contó cuáles fueron las tareas a las que se vio abocada en el marco de esta causa: “trabajamos con las tareas investigativas que nos daba el fiscal de San Lorenzo Román Moscetta y el fiscal de Rosario Donato Trotta” y aclaró: “hicimos una investigación para poder localizar a una persona que en teoría había hecho un aborto a Paula Perassi. Hicimos allanamientos en Rosario, en el sanatorio Británico para obtener la historia clínica de Paula Perassi y allanamos algunas dependencias de la Unidad Regional XVII, como la Agrupación Cuerpos, Agrupación de Unidades Especiales y la Agencia de Control de Vigilancia Privada, para poder ubicar números telefónicos del año 2011 de personal policial que en ese momento investigó en la causa”.

 

Pastillas comprometedoras

Durante la declaración de la testigo, se le mostró material que ella misma había secuestrado, y lo reconoció. Se trataba de cajas de pastillas de Oxaprost, con 12 blíster. Cabe señalar que Oxaprost contiene la droga Misoprostol, conocida por su utilización para la práctica de interrupciones de embarazos.

La mujer declaró que en la vivienda de Mirta Ruñisky, en 2014 “se hizo una requisa donde se encontró telefonía celular, varios medicamentos que tenía la señora, tenía agujas, jeringas, gomas que se atan en el brazo para hacer extracción de sangre y varios medicamentos, entre ellos unas pastillas que se usan habitualmente para hacer abortos, de nombre Oxaprost”.

La vivienda donde este material fue hallado no corresponde con la casa en la que vivía Ruñiski al momento de la desaparición de Paula, ya que luego de 2011, la acusada se mudó a una nueva vivienda, en la que vive hoy y allí fueron encontradas las pastillas.

La señora está acusada de haberle practicado un aborto a la mujer desaparecida, en el que habría muerto.

Cuando el defensor de Ruñisky entrevistó a la testigo, la mujer contestó que no recordaba haber encontrado relación entre la mujer de Timbués y los principales acusados, Strumia, Michl y Díaz.

 

Flavia Campeis